El Fūrin originario de China, donde se llamaba «風鐸» (fuutaku) es una campana de viento de hierro fundido, cerámica o vidrio originaria de Japón. Con un diseño tradicional y un sonido mágico, se ha convertido en un símbolo típico del jardín japonés.
Un viento fresco: el Fūrin japonés
Originalmente, las Fūrin, o campanas de viento japonesas, se utilizaban para indicar la dirección y la fuerza del viento en los campos de bambú, de los que se colgaban. Fueron introducidos en Japón por antiguos monjes budistas que viajaron a China y regresaron con este objeto. En la actualidad, el Fūrin, es una campana de viento japonesa muy popular en los jardines de los japoneses. Se fabrica con hierro fundido, pero también con vidrio soplado o cerámica. Suelen estar pintados a mano, lo que les confiere un aspecto tradicional y distintivo. El Fūrin suele colgarse a la entrada de las casas o sobre las ventanas francesas. La forma del Fūrin está especialmente diseñada para crear un sonido único y mágico.
La verdadera belleza del Fūrin reside en el sonido que produce. Cuando hace viento, el carillón produce una agradable melodía que puede oírse a decenas de metros de distancia. Es una melodía que se supone que aporta una sensación de frescura a quienes la escuchan.
El Fūrin también se considera un elemento decorativo y también se utiliza como regalo para desear buena suerte y felicidad a un ser querido.
Un sonido mágico en las cuatro esquinas del mundo
En los últimos años, el Fūrin se ha hecho muy popular en el extranjero. Ahora se vende en todo el mundo. Su melodía aguda y mágica se ha convertido en símbolo de felicidad y prosperidad para quienes la escuchan.
Muchos artistas también se han aficionado a este carillón japonés. Artistas de todo el mundo han viajado a Japón para encontrar Fūrin específicos e incorporarlos a sus creaciones. El resultado son obras de arte únicas e impresionantes.
El Fūrin también se ha convertido en una herramienta popular para la terapia de sonido. Los profesionales de la medicina alternativa la utilizan para ayudar a sus pacientes a alcanzar un estado de relajación profunda. La melodía tranquila y relajante que produce el Fūrin ayuda a los pacientes a encontrar una sensación de paz y bienestar interior.